Siempre habrá lugar para el caos
Para Patricio Maldonado, cuestionarse su configuración identitaria lo ha llevado a indagar hacia el interior de su subjetividad. Condicionado por distintos factores (personales y sociales), a través de su producción artística, centrada en la fotografía, pero que también explora en el dibujo, la autobiografía y el diseño creativo, articula preguntas sobre su ser y estar en el mundo y de aquellos con los que se vincula. En "Siempre habrá lugar para el caos", Patricio debate acerca de ciertos imaginarios instituidos en la comunidad LGBTTTIQ+, en donde estereotipos, representaciones, expectativas, ideas, entre otros, se establecen como imperantes, ante la paradoja de la disidencia que proponen.
Es así, desde su propia vulnerabilidad, cómo el artista examina el concepto de lo masculino, la hipersexualización, la ansiedad de encajar en moldes ideológicos y otros temas propios del grupo social que aborda, como la definición de género y la deconstrucción de este, la idea de un erotismo sin la autoexplotación de lo mediático o el ejercicio del autoconocimiento como estrategia de resistencia en la era del consumo masificado. Tal vez, en un mensaje extendido, la propuesta de Maldonado radique en cuestionarnos si las resignificaciones a las que asistimos en la actualidad como sociedad están próximas a caer en los mismos vicios del pasado y las identidades impuestas a la fuerza o por obligación.
Eliud Nava